Elementos esenciales para la valoración (contable) rápida de empresas cotizadas en bolsa

Por diversos motivos un director podría necesitar una idea general del valor de la empresa en la que trabaja; uno de ellos puede ser para venderla, o tal vez para fusionarse, comprarla o absorberla. En todos estos casos, el proceso fundamental no es muy distinto. Los fundamentos financieros sugieren analizar la “posición financiera de la empresa”. Veamos una forma práctica y sencilla de hacerlo (no la única).

Los primeros pasos para analizar la posición financiera de una empresa se define por sus activos, obligaciones con terceros (deuda) y propios (patrimonio de los accionistas). Toda esta información, organizada, es presentada en el Estado de Situación Financiera (antes llamado Balance General).

Para ello se necesita contar con los estados financieros auditados de la empresa. Éstos pueden ser descargados de su propio sitio web o de la SMV[1]. El formato estándar para el balance general está dado por los activos ordenados de mayor a menor liquidez; seguidos por las obligaciones y el patrimonio de la empresa, ambas clases, ordenadas de mayor a menor exigibilidad. Inspeccionemos aquellas partidas que son relevantes para el análisis que buscamos.

Imaginemos que nos encontramos analizando una empresa de consumo masivo cotizada en bolsa; la llamaremos “Aninet S.A.A.”. Suponga que se espera que los inventarios que Aninet reportó el 31 de diciembre de 2015 (S/. 1,000 millones) sean vendidos dentro del presente año (2016) al 80%. En tanto no considere el efecto de la producción del presente ejercicio, lo anterior conduciría a pensar que el nivel de inventarios debiera caer y caja y bancos, en contraparte, elevarse al cierre del 2016. Tal como la mayoría de empresas en tal sector, la cuenta de inventarios de Aninet representa una gran proporción de sus activos corrientes y en consecuencia deben ser examinados de manera cuidadosa. Por ejemplo, toda vez que “inventarios” requiere una inversión monetaria (real) se necesita establecer un objetivo específico de ventas que lo haga ‘rentable’, o, en otro caso, maximizar el nivel de ventas para un nivel dado de inventarios. En efecto, si Aninet observara una caída del 20% en el valor de su cuenta de Inventarios y un salto del 23% en las ventas respecto del año anterior, esta sería una señal que se está administrando los inventarios relativamente bien. Tal reducción genera una contribución positiva en el flujo de caja operativo de la compañía.

El Razón Corriente: La razón corriente – la misma que se calcula como: Total de Activos Corrientes dividido por Total de Pasivos Corrientes – es comúnmente usado por los analistas para evaluar la capacidad de una empresa para cumplir sus obligaciones de corto plazo. Un coeficiente de liquidez aceptable varía dependiendo de la industria, pero no debe ser tan baja que sugiera insolvencia inminente, o tan alta que indique una innecesaria acumulación de dinero en efectivo, cuentas por cobrar o inventario. Al igual que cualquier forma de análisis del ratio, la evaluación de la actual Razón Corriente de la empresa debe realizarse en función del pasado, o dicho de otro modo, en vinculación con cifras históricas.

Activos y Pasivos No Corrientes: son aquellos cuya expectativa de vida se entiende más allá del primer año y probablemente dure más de dos (mediano y largo plazo). Para una empresa como Aninet, el activo no corriente más grande probablemente sea ‘propiedades, plantas y equipos’. Los pasivos de largo plazo podrían estar relacionados con las obligaciones en virtud de contratos de propiedad, planta y equipo, junto con otros préstamos. Y sobre todo, la posición de más largo plazo de papeles comerciales y/o instrumentos de mayor tenor como bonos que puedan haberse estructurado para financiar alguna expansión. Debiera esperarse que ambas partidas se encuentren ‘calzadas’. Existirá un descalce cuando los Activos No Corrientes se encuentren siendo financiados con Pasivos Corrientes. Ello llevaría a una presión muy fuerte sobre la liquidez de la empresa.

Margen: El margen da información puntual acerca de la ‘producción’ económica del negocio. Si bien es información estática, es decir, vinculada a un único periodo, ésta aporta información sobre el potencial del negocio. Y si se analiza para dos periodos o más, la lectura se enriquece, pues permite ver la evolución de la eficiencia operativa del mismo. Esta información otorga visibilidad en un plano económico dado que no incluye partidas financieras (i.e. ingresos y gastos financieros, etc.); y por ello, no influenciado con decisiones distintas al del negocio puro.

Los principales márgenes observados son: Margen Bruto (Utilidad Bruta / Ventas), Margen Operativo (Utilidad Operativa / Ventas) y probablemente el más conocido, EBITDA. Éste último ofrece información sobre el margen económico del negocio sin considerar los aspectos financieros ni tributarios.

El margen de una empresa se encuentra íntimamente relacionado con la rentabilidad de la misma. No obstante, no otorga información sobre la liquidez de dicha empresa. Ésta última se obtiene a partir del Flujo de Efectivo o Flujo de Caja para los casos de encontrarse realizando la valorización de la firma.

Es importante notar las diferencias entre ambos conceptos, margen y liquidez del negocio, porque puede ser que en determinado periodo Aninet tenga márgenes (20% - 25%) elevados pero consideremos que las ventas que originan este margen se den al crédito en una proporción de 20% al contado y 80% al crédito. En este caso es altamente probable que, en el caso que no se tenga otra fuente de cobranza, tal periodo se tenga un déficit de efectivo.

Se debe tener presente una frase: “las empresas no quiebran por poca rentabilidad, pero si por escasa caja”; y peor aún si la empresa debe afrontar escenarios prolongados de déficits intertemporales.

Concepto contable de la Posición Financiera (Valor en libros): Regresando a las cuentas de estado de situación financiera, si sustraemos del Total de Activos los Pasivos Totales, nos quedaremos con el Patrimonio de los accionistas. Esencialmente, este es el “Valor en Libros” o también conocido como el valor patrimonial contable de la empresa.

Se compone del capital aportado por los accionistas a través del tiempo y las ganancias obtenidas y retenidas por la empresa incluyendo la parte de cualquier beneficio no pagado a los accionistas en forma de dividendo. Numéricamente se obtendría de sumar la Utilidad del ejercicio más las Utilidades Retenidas de periodos anteriores; y finalmente las Reservas Legales correspondientes.

Ratio Market-to-Book: Al comparar el valor de mercado de la empresa con el valor contable, los inversores pueden, en parte, determinar si una acción está infra o sobre valorada. El ratio Market–to–Book (Valor de Mercado de la empresa / Valor en Libros de la empresa), si bien tiene defectos, sigue siendo una herramienta clave para los inversionistas (minoristas o institucionales). En este caso, existe evidencia que muestra que las empresas con bajos niveles del ratio Market–to–Book se desempeñan mejor que aquellos con altos niveles del mismo ratio. Esto tiene sentido ya que un ratio MtB bajo muestra que la empresa cuenta con una sólida posición financiera en relación a su precio de mercado. Es decir, que los fundamentals del precio por acción de mercado se encuentran acompañado por el valor en libros de la misma acción; y la probabilidad de estar sobrevaluado o subvaluado (sean por razones de mercado o especulativas) es reducida.

Asimismo, la determinación de si un determinado ratio Market–to–Book es alto o bajo dependerá del performance sectorial. Para tener una idea de si el ratio Market–to–Book de Aninet es alto o bajo, es necesario compararlo con los ratios de otras empresas competidoras que coticen en bolsa.

Ratio Price-Earnings (P/E): Una variante del ratio anterior es el ratio P/E [leyéndose “Ratio Precio-Beneficio] que indica el Precio por Acción versus las Utilidades por Acción (UPA) de la empresa. El primer elemento -Precio por Acción- es un dato de mercado y se trata de la cotización observada en el momento de análisis.

Cuando la UPA se obtiene como promedio de los últimos cuatro trimestres se conoce como “Trailing P/E”. Se suele mostrar la siguiente nomenclatura: PE ratio (ttm), donde “ttm” indica “trailing twelve months” (últimos doce meses). De otro lado cuando la UPA se obtiene de información proyectada (siguientes cuatro trimestres, por ejemplo) toma el nombre de “Forward P/E”.

En cualquiera de los casos, este indicador brinda información sobre ‘cuánto dinero se está dispuesto a invertir en una acción por una (1) unidad monetaria de utilidades’. Si el ratio P/E es bajo puede decirse que no existe mucha expectativa en que las utilidades de la compañía vayan a subir en los próximos periodos; o que el mercado valora a la empresa como un valor maduro, estabilizado y muy cercano a su valor fundamental. Por el contrario, si el P/E es alto podría esperarse que la empresa obtenga resultados expectantes los próximos trimestres.

Finalmente, cabe destacar que el análisis financiero necesariamente va acompañado del análisis del negocio mismo y para contar con una idea más precisa del valor patrimonial fundamental de una empresa será necesario realizar la valorización mediante un análisis detallado a través de la metodología del flujo de caja descontado. Ambos conceptos se encuentra íntimamente relacionados siendo caras de una misma moneda. Dos empresas competidoras directas estando en el mismo sector pudieran tener dos modelos distintos de negocio lo que lleva necesariamente a estrategias financieras particulares.

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[1] Superintendencia de Mercado de Valores (www.smv.gob.pe